Sábado - Diciembre 07

Todos mienten. O alguna vez, al menos, todos mintieron.
Yo también.
Yo no vi nada de Lynch. No creo que lo haya visto. No estoy segura porque con mi tema cerebral y mi memoria, todo es un gran empaste. Pero casi segura que no vi Lynch. Cuando nadie me ve, me las doy de intelectual. Si. Ponele frente al espejo me hago la canchera y ponele que hasta me tiro nombres con onda y tal. A veces me sorprendo a mi misma, solo a veces. Pero en realidad soy tan berreta como un rolex de 20 pesos.
Entonces este fin de semana que se suponía iba a ser de reconstrucción, voy y además de ordenar los lugares que nunca ordeno de mi casa, decido ponerme al día con mi cuenta pendiente de Lynch.
Promediando la tarde del sábado voy y me hago socia de un dvd club que se llama, sorprendentemente, blue velvet y aclara, por las dudas el cartel, by David Lynch.
El dvd club / video esta a apenas dos cuadras de mi casa. Pero está en una de esas cuadras que no transito nunca asique nunca había efectivamente entrado.
Salí con mi cartera y la factura de luz en la mano, una foto de mi mamá, DNI y pasaporte al día. Siempre para asociarte te piden lo que no tenés y yo estaba determinada a convertirme en socia y no quería que nada se interponga. Claro, hace mucho que no me hago socia de nada, al cabo que soy una mujer mas del uno a uno, que de moverse en grupos.
Asique llego, toco timbre y entro en lo que para mi, era un Video Club salido de una película de Lynch, ojo, una película mas tarde y sigo creyendo lo mismo.
Luz de neon azul, estantes de madera y en el medio un living con sillón de cuero y mega plasma. Me atiende un señor. Sí. Le digo señor a una persona de circa cuarenta años, porque me la banco. Describo: pantalón chupín negro, remera negra, creo que cinto con tachas, pelo largo pero la nuca rapada y el pelo en colita.
Barba de algunos días y ojos rojos.
Le explico mi imperiosa necesidad de asociarme a un nuevo dvd club. Remarca entre 4 y 5 veces que él solo trabaja con copias originales. Convenimos que lo mejor va a ser que alquile una para probar el funcionamiento de mi berretísimo reproductor Jwin y a partir de ahí avanzar. Di tres vueltas, siendo ignorada por el sr de barba que se acomodó en su sillón con la mano en la entrepierna y decidí lanzar mi pregunta fatal:
“Algo de Lynch tendrás, no?”.
Vino una catarata de información. Insisto, Ca-ta-ra-ta. El tipo es fana de Lynch de verdad. Menciona algunas copias en idioma portugués, pero al menos las tiene, dice. Habla de series, de pelis, de originales siempre. Nunca un dedito señalador de ahí tenes una, o ahí la otra. No. Me dejó a solas con la luz azul y las cajitas de plástico.
Llegó la chica que trabaja para el señor. La que me iba a dar de alta en el sistema. Una chica petisita. Gore casi. O lo mas Gore que Palermo a secas pueda tolerar. Abre su soft que corre en DOS y a mi casi se me cae una lágrima. Al final se avivaron y no piden mas que la verdad y te llevan la peli a tu casa.
Imagino que sinó vendrán después a buscarte. Y creeme, no queres que el señor de pantalón chupín que ahora come un sánguche de chorizo cocido en su sillón quiera buscarte.
Le pregunto a la niña Gore donde están las pelis de Lynch, así en voz bajita para que la catarata de información no venga esta vez manchada de choripan. Me señala, también bajito, dos lugares. El mas cerca era el de Muholland Drive. Lo agarro rápido, la vergüenza por no haberla visto me embarga, pago mis seis pesos y me voy. Claro, con mi copia original.
Me lío unas hierbas paraguayas y pongo la peli. En conclusión. Creo que había una razón por la cual yo no vi antes a Lynch. Y es simplemente que no entendí una mierda.
Lo mejor de la vida es ir asumiéndose.

posted by Libelula de Acero @ 22:42,

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